- Área: 500 m²
- Año: 2014
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Fotografías:Manuel Ciarlotti
El edificio esta emplazado en un lote pequeño (8.66m x 19.5m) en un barrio de mediana densidad y mucho verde como es Núñez, en Buenos Aires, y cuenta con las particularidades de encontrarse en una manzana irregular y de contar una araucaria añosa que nos obligaba a reflexionar sobre como emplazar el edificio.
Las premisas principales sobre las cuales trabajamos al momento de elaborar el proyecto fueron la flexibilidad funcional-programática de las unidades y la relación entre el perímetro construido y el vacio dentro del lote.
El proyecto esta conformado por ocho unidades funcionales, mezclando variedades tipológicas, en los diferentes pisos. En la planta baja, un local interactúa con la vía pública, mientras el interior se resuelve en pb, 1er y 2do piso por unidades monoambientes divisibles en relación a la calle y al vacío generado.
En el 3er piso también en la misma relación, se ubican los dúplex. La flexibilidad con que están dispuestas las unidades y sus aventanamientos hace que sea el usuario quien termine de definir su uso y organización, pudiendo utilizarlos tanto para el trabajo como lugar para vivir y como 1 o 2 ambientes.
Tomando en cuenta la poca profundidad del lote el edificio, y la fuerte presencia de la araucaria, el edificio se resuelve a través de dos bloques independientes unidos por un núcleo de circulación común formando una L, dejando así un vacío sobre el cual aprovechar una mayor superficie de perímetro para iluminar y ventilar el edificio. Un bloque sobre la calle con unidades de doble ventilación y otro bloque al fondo ventilando al vacío y con vistas a la copa del árbol.
Los materiales utilizados son el reflejo de la búsqueda de un carácter simple y despojado. Concebido como un edificio contemporáneo, la imagen acompaña dicha concepción. La pesada imagen del revoque blanco en el vacío contrasta con la permeabilidad y luminosidad de los ventanales de piso a techo y la textura del ladrillo pintado de negro en las parrillas individuales. En el interior el contraste entre la calidez y la variedad de tonos del piso de madera de guayubira, y el cielorraso y las paredes y mobiliarios blancos, enmarcan de manera armoniosa la influencia de la luz exterior.